Diversos estudios ya han aportado evidencia de que la administración de EPA puede reducir el riesgo cardiovascular. Por ejemplo, los científicos de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston han demostrado que el EPA puede reducir la probabilidad de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte por enfermedad cardiovascular aguda en pacientes de alto riesgo hasta en una cuarta parte.⁸ El EPA parece tener un efecto positivo en varios problemas de salud, como la enfermedad cardíaca coronaria (CHD), el aumento de la tendencia a la coagulación sanguínea, los niveles elevados de lípidos en sangre, la presión arterial alta y las arritmias circulatorias y cardíacas.⁹

También hay información interesante sobre el alivio de la depresión con EPA. Se dice que el ácido eicosapentaenoico tiene efectos antiinflamatorios y los síntomas depresivos suelen estar asociados con un aumento de los niveles de inflamación. En un estudio, se trató con EPA a adultos con sobrepeso, depresión y niveles elevados de inflamación. De hecho, se observó una mejora de los síntomas con el tratamiento.¹⁰ Los ácidos grasos omega-3 también pueden tener un efecto de mejora del estado de ánimo.¹¹ Los estudios han demostrado que el EPA puede ayudar a promover emociones positivas, reducir la ansiedad y la agresión e incluso tener un efecto positivo en los síntomas de la esquizofrenia y la enfermedad maníaco-depresiva.¹²